viernes, 17 de agosto de 2012

Bacalao al Horno


Por fin!!!!!!!!!!!!!!! Segunda receta en El cuenco feliz, ¿ya habéis comido bastante quinoa? Seguro que no, nunca es bastante, con lo buena que está y lo saludable que es.

Esta receta también es del libro de Jon Sandifer "Macrobiótica. Guía de la macrobiótica para principiantes". De momento es el libro de moda en nuestra casa, sobre todo porque tiene unas cuantas recetas muy sencillas y resultonas, pero no os preocupéis: poco a poco iremos poniendo recetas de otras procedencias.

Ingredientes (Para cuatro raciones)
Una cebolla pequeña, cortada en dados pequeños.
Un limón, cortado por la mitad.
Dos zanahorias, limpias, cortadas en palitos.
Una cucharada de aceite de oliva.
Cuatro filetes de bacalao de 110 gr. Sin piel.
Sal marina
Una cucharada de perejil picado
Pimienta negra recién molida.
Una cucharada de mostaza en grano o 2 cucharadas de polvo de wasabi*.

Elaboración.
Extender la cebolla y las zanahorias sobre una bandeja de horno untada en aceite y poner el pescado encima.

Poner el perejil, la mostaza o el wasabi, una cucharada sopera de zumo de limón, el aceite, un pellizco de sal y un poco de pimienta negra en un cuenco y mezclarlo todo bien. Después, extender esta salsa sobre el pescado.

Introducir en el horno previamente calentado a 190º C y dejar durante unos 10 minutos, hasta que el pescado esté hecho.
Retirar la bandeja del horno; poner el pescado y la verdura en un plato y adornar con perejil y unas rodajas de limón.

*El wasabi es una pasta de color verde pistacho y de textura similar a la plastilina, que se obtiene al rallar la raíz del wasabi, un rábano picante japonés. Su sabor es muy diferente del de otros alimentos picantes, como el ajo o el chile, es un picante muy intenso pero de corta duración, que se transmite a través de las fosas nasales.
La planta de este rábano es originaria de Japón y se cultiva en muy pocos lugares del mundo, por lo que es muy difícil de encontrar. Lo que sí podemos adquirir son sucedáneos de wasabi, en pasta o en polvo -para mezclarlo con agua- que están elaborados con una variedad de rábano picante europeo que se tiñe de verde. Se puede encontrar fácilmente en las dietéticas.

Nosotras hicimos esta receta con mostaza y salió riquísima. Concretamente, utilizamos la mostaza a la antigua, de Maille, es muy fácil de encontrar ya que la venden en cualquier supermercado y también en pequeñas tiendas. Además, como el wasabi que venden es un sucedáneo, nos parece que la mostaza es más natural.  


Después probamos la misma receta con merluza (es la de la foto), pero, la verdad es que no estaba tan sabrosa: con bacalao queda más meloso todo, tanto el pescado como la salsa. En cambio, la merluza al horno suelta mucho agua: la merluza queda un poco seca y la salsa pasada por agua. O sea que, ya sabéis, no hagáis la prueba de la merluza, id directamente al bacalao, que sale muy bueno.

viernes, 10 de agosto de 2012

Propiedades del trigo sarraceno o alforfón




Si los orígenes de la quinoa se situaban en Sudamérica, el alforfón nos lleva a otra parte del mundo, también muy lejana, ya que su origen está en Asia Central. 

El alforfón es un grano no cereal de elevado valor nutritivo y medicinal. Posee más calcio y proteínas que el trigo. Además, no contiene gluten, al igual que la quinoa, por lo que es adecuado para celíacos, o para quienes no quieren comerlo en exceso.

El nombre francés de blé sarrasin parece que procede de que en el pasado fue introducido por los árabes (sarracenos) del sur.

En algunas regiones de Rusia –donde fue introducido por colonizadores griegos- se ha convertido en un ingrediente fundamental. Saben cocinarlo al horno y obtienen sabrosas recetas con él. 


El alforfón integral se puede cocinar de forma similar al arroz. En cambio, el alforfón troceado va mejor para elaborar sopas y frituras.

Mezclando la harina de alforfón con harina de trigo, se obtiene una masa con la que elaborar productos de repostería y panadería más tiernos y delicados que añadiendo una gran cantidad de mantequilla.

Esta información la hemos cogido de un libro titulado El pequeño DOCTOR, de A. Vogel,. Edición: CEGE Taller Editorial.

Podemos cocinarlo con la misma receta que la Quinoa Pilaf,  pero pondremos 3 partes de agua por cada parte de alforfón.

Propiedades de la Quinoa

         Lo prometido es deuda,os dijimos que hablaríamos de las propiedades de la quinoa y aquí están. La quinoa es un alimento bastante antiguo, de hecho, en ruinas del Imperio Inca se encontraron semillas de quinoa que llevaban allí  más de 5.000 años.
Procede del altiplano de Bolivia, Ecuador, México…, donde no llegan el trigo, la avena, la cebada… En esos lugares es un alimento básico, por cierto que ,últimamente, una empresa americana se ha apropiado de su patente... este asunto de patentar alimentos, plantas medicinales y cosas así es un poquillo fuerte, daría para muchos comentarios, pero mejor no hablar, eso sí, concedámonos un minutillo para reflexionar sobre lo que eso significa y qué tipo de implicaciones puede traer, sobre todo a personas que consumen esos productos como base de su dieta o de sus tratamientos.



La quinoa es impenetrable genéticamente. Es rica en proteínas de alta calidad -posee los ocho aminoácidos esenciales para el ser humano-, en hidratos de carbono, en hierro y en calcio, por lo que previene la osteoporosis.

Previene el cáncer, las enfermedades crónicas del corazón y las alteraciones debidas a la falta de estrógenos en la menopausia.
Tiene, en definitiva, un alto poder nutricional. Además de esto, no contiene gluten, por lo que es una posibilidad más para los celíacos y también para quienes quieran llevar una dieta baja en el gluten.

Si se tuesta ligeramente y se muele, se puede hacer pan. Esta harina también se puede añadir a la leche del desayuno de los niños, porque tiene muy buen sabor.

miércoles, 8 de agosto de 2012

Quinoa Pilaf

Empezamos este blog con mucha ilusión y muchas ganas de compartir recetas, ideas, cosillas... con todos aquellos que quieran visitarnos. Nuestra idea es hablar aquí de comidas sanas y deliciosas a la vez. Ya sabemos que parece imposible, que todo el mundo piensa que todo lo que está bueno es malo para la salud, pero ¡nosotras no! Y por eso queremos compartir las cosillas que vamos descubriendo para que podamos comer sano y disfrutar. 

Bueno, sin más preámbulos, la primera receta que vamos a compartir, como dice el título, es la quinoa pilaf. Hemos elegido esta porque es la receta estrella de nuestras cocinas desde que la hicimos por primera vez: es facilísima, es rápida y admite todas las variaciones posibles. La quinoa es un alimento poco conocido por nuestras tierras, pero ya se puede encontrar sin problemas en la dietética, y tiene un montón de propiedades que ya os comentaremos en un próximo post. Por cierto, para los que no suelen usarla, la salsa de soja o shoyu también se puede comprar en la dietética.

Esta receta es del libro "Macrobiótica. Guía de la macrobiótica para principiantes" de Jon Sandifer. Aunque nosotras no nos restringimos a un tipo de alimentación concreta -vegetariana, macrobiótica, vegana...- nos parece bastante interesante la macrobiótica y este libro, concretamente, es muy accesible para todo el mundo y las recetas son bastante sencillas. Aquí tenéis la de la quinoa pilaf:

Ingredientes (de cuatro a seis raciones)

2 cucharadas soperas de aceite de sésamo
1/4 de cucharada pequeña de sal marina
1 cebolla pelada y cortada en dados
pimienta negra recién molida
2 dientes de ajo, pelados y picados (opcional)
2 cucharadas soperas de salsa de soja (también se conoce como tamari, o shoyu)
2 zanahorias limpias y cortadas en dados 
el zumo de un limón
2 tazas de quinoa (350 g), lavada y escurrida
1 cucharada sopera de perejil picado

Elaboración

1-Calienta el aceite en una sartén pesada y añade la cebolla. Saltéala suavemente durante aproximadamente cinco minutos; después añade el ajo si lo usas. Saltea durante un minuto y añade las zanahorias. Continúa salteando durante dos minutos más y después añade la quinoa.

2-Sigue removiendo durante tres o cuatro minutos, después añades cuatro tazas (un litro) de agua caliente, la sal y la pimienta. Llévalo al punto de ebullición, cubre el recipiente y reduce la llama al mínimo. Cuece hasta que todo el líquido haya sido absorbido (entre quince y veinte minutos). Apaga la llama y no toques la sartén durante cinco minutos.

3-Ahora transfiere el pilaf a un cuenco y pásale el tenedor suavemente. Añade la salsa de soja y el zumo de limón y mézclalo suavemente. Espolvoréalo con perejil picado y sírvelo.


Ya veis, es tan sencillo como parece y está realmente bueno. Después de probar la receta original, nosotras hemos ido cambiando cosillas, así que, al tanto:

Se puede hacer con aceite de oliva, sale igual bueno y es más habitual en nuestra cocina que el de sésamo.También la hemos cocinado con trigo sarraceno, también conocido como alforfón, en vez de quinoa, y da muy buen resultado, pero hay que poner tres partes de agua por cada una de alforfón.

A parte de esto, probando, probando, hemos visto que se pueden poner las verduras que haya en la nevera, según la temporada, y siempre sale bueno, da igual que sean guisantes, remolacha, pimiento, berenjena, calabacín... se admiten sugerencias.  

Ah, y sobre la salsa de soja, para los que no estéis habituados a usarla, es bastante salada, por lo que no hay que poner sal en esta receta.

Y eso es todo de momento, a ver si os animáis con esta receta y nos contáis vuestras variaciones y si os ha gustado o no. Que disfrutéis comiendo sano y sabroso!!!