Empezamos este blog con mucha ilusión y muchas ganas de compartir recetas, ideas, cosillas... con todos aquellos que quieran visitarnos. Nuestra idea es hablar aquí de comidas sanas y deliciosas a la vez. Ya sabemos que parece imposible, que todo el mundo piensa que todo lo que está bueno es malo para la salud, pero ¡nosotras no! Y por eso queremos compartir las cosillas que vamos descubriendo para que podamos comer sano y disfrutar.
Esta receta es del libro "Macrobiótica. Guía de la macrobiótica para principiantes" de Jon Sandifer. Aunque nosotras no nos restringimos a un tipo de alimentación concreta -vegetariana, macrobiótica, vegana...- nos parece bastante interesante la macrobiótica y este libro, concretamente, es muy accesible para todo el mundo y las recetas son bastante sencillas. Aquí tenéis la de la quinoa pilaf:
Ingredientes (de cuatro a seis raciones)
2 cucharadas soperas de aceite de sésamo
1/4 de cucharada pequeña de sal marina
1 cebolla pelada y cortada en dados
pimienta negra recién molida
2 dientes de ajo, pelados y picados (opcional)
2 cucharadas soperas de salsa de soja (también se conoce como tamari, o shoyu)
2 zanahorias limpias y cortadas en dados
el zumo de un limón
2 tazas de quinoa (350 g), lavada y escurrida
1 cucharada sopera de perejil picado
Elaboración
1-Calienta el aceite en una sartén pesada y añade la cebolla. Saltéala suavemente durante aproximadamente cinco minutos; después añade el ajo si lo usas. Saltea durante un minuto y añade las zanahorias. Continúa salteando durante dos minutos más y después añade la quinoa.
2-Sigue removiendo durante tres o cuatro minutos, después añades cuatro tazas (un litro) de agua caliente, la sal y la pimienta. Llévalo al punto de ebullición, cubre el recipiente y reduce la llama al mínimo. Cuece hasta que todo el líquido haya sido absorbido (entre quince y veinte minutos). Apaga la llama y no toques la sartén durante cinco minutos.
3-Ahora transfiere el pilaf a un cuenco y pásale el tenedor suavemente. Añade la salsa de soja y el zumo de limón y mézclalo suavemente. Espolvoréalo con perejil picado y sírvelo.
Ya veis, es tan sencillo como parece y está realmente bueno. Después de probar la receta original, nosotras hemos ido cambiando cosillas, así que, al tanto:
Se puede hacer con aceite de oliva, sale igual bueno y es más habitual en nuestra cocina que el de sésamo.También la hemos cocinado con trigo sarraceno, también conocido como alforfón, en vez de quinoa, y da muy buen resultado, pero hay que poner tres partes de agua por cada una de alforfón.
A parte de esto, probando, probando, hemos visto que se pueden poner las verduras que haya en la nevera, según la temporada, y siempre sale bueno, da igual que sean guisantes, remolacha, pimiento, berenjena, calabacín... se admiten sugerencias.
Ah, y sobre la salsa de soja, para los que no estéis habituados a usarla, es bastante salada, por lo que no hay que poner sal en esta receta.
Y eso es todo de momento, a ver si os animáis con esta receta y nos contáis vuestras variaciones y si os ha gustado o no. Que disfrutéis comiendo sano y sabroso!!!
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